Un veinteañero rebelde y reflexivo del año 1986, que podría representar a cualquier español nacido en lo años sesenta o setenta, despierta en 2020, en un tiempo futuro en el que todo se ha vuelto enrevesado para quién no forma parte de él. ¿Podrá adaptarse a la vida del nuevo siglo? ¿Podrá sobrevivir a asuntos tan incomprensibles para un profano como la burocracia administrativa? Al incoveniente de irrumpir en un tiempo que no es el propio, hay que sumar la tendencia a la mala suerte del protagonista, así como su actitud inconformista, que le impide permanecer inactivo y callado ante situaciones de injusticia.