En El alecrim, los personajes recorren la provincia de Ourense acompañados por la vibrante flor del tojo y del romero, envueltos en el aroma fragante de sus bosques, de la música popular y de los fados que forman parte de esa belleza de riscos y arboledas que se llama Baixa Limia.
En este paraje aparentemente tranquilo, sembrado de matorrales y arbustos, ¿qué puede llevar a un juez municipal a querer abandonar su cargo en O Carballiño? La explicación tal vez nos la den algunos cambios que marcaron nuestra historia para siempre, como el alzamiento del general Primo de Rivera. ¿Y qué puede impulsar a un cómodo abogado conservador a ayudar al juez e involucrarse en su destino? Tal vez el descubrimiento de la amistad, la lealtad, el amor
y la astucia secular del gallego, capaz de utilizar las costuras del poder para escapar de su influencia.
Aventuras, amores y viajes frenéticos por toda la provincia de Ourense hasta llegar a Portugal se suceden en esta novela, ambientada en la época convulsa de 1923, con el país metido en el avispero de la guerra de Marruecos y los partidos incapaces de consensuar soluciones.
A lo mejor El alecrim nos viene a recordar que debemos conocer nuestra historia para no repetirla, o que hay partes de esta que siempre regresan.