Cuenta la Historia Compostelana que le arzobispo Diego Gelmirez culminó el exorno del " altar de apóstol " con la entronización de un precioso retablo de plata . Corría el año 1135 y el vanguardista y rumboso prelado inauguraba con este mueble litúrgico una moda que , debido a su posterior desarrollo y la sustitución de la plata por la madera policromada como material de construcción , ser convertirá en seña identitaria del arte hispánico , de las misma manera que la vidriera es un logro francés y la pintura mural un creación italiana . Su difusión se hizo en sentido inverso a las peregrinaciones , llevándole los romeros en el camino de tornaviaje y saltando en el siglo XVI con las Flotas de Indias a los virreinatos ultramarinos .