Cada gobierno lleva consigo un nuevo lote de remedios milagrosos para reformar la educación : desdoblamiento de clases , método silábico , semana de cuatro días , refuerzo del bachillerato , restablecimiento de la autoridad ... Sin orden ni concierto , invocamos la neurociencia y las evaluaciones internacionales , la sensatez de Descartes y la pedagogía de María Montessori . Para arrojar algo de luz , Philippe Meirieu se pregunta : ¿ qué tipo de niños queremos formar ? ¿ Para qué mundo ? ¿ Y cómo vamos a hacerlo de forma justa y solidaria ?