Yo tengo que morir, porque la muerte saciándose de mí cobre más vida. El mundo es la pocilga de la muerte, la muerte es porquerizo de la vida. Dios, viendo hambrienta y débil a la muerte, por no verla morir creó la vida: "¡A punto de morir está la muerte!", se dijo, "Fiat vida!, fiat vida!". La vida se resume en pura muerte porque la muerte goce de la vida: no ha nacido quien tal enigma acierte. El cual, empero, es clave de mi vida, Pues si gracias a mí vive la muerte sea yo muerte y viva en mi la vida.