El 12 de abril de 1961 el cosmonauta Yuri Gagarin, a bordo
	de la nave Vostok 1, se convierte en el primer ser humano
	en viajar fuera de la atmósfera. Comenzaba una década de grandes
	cambios sociales y políticos marcados por la Guerra Fría.
	Cincuenta años después, Miguel Mendiguren recuerda
	-mientres vela en un hospital los últimos días de vida de su madre,
	que ha perdido la memoria- la proeza del astronauta ruso.
	Ante la tristeza por no haber conocido mejor a sus padres,
	decide reunir sus recuerdos en un cuaderno para compartirlos
	con su hijo. Rememora entonces cuando tenía diez años y había
	ganado un concurso escolar con un trabajo sobre aquella hazaña
	espacial. A partir de ahí, los demás comenzaron a llamarle Gagarin,
	un sobrenombre que le acompañaría en la infancia y la juventud. 
 
						 
					 
                                                            
                                             
                        
            
                             
                        
            
                             
                        
            
                             
                        
            
                             
                        
            
                             
                        
            
                             
                        
            
                            