Valerio Montini estaba reconocido como uno de los videntes más prestigiosos en el mundo de la adivinación, tanto por los buenos resultados al vaticinar el futuro de sus clientes como por utilizar en su actividad profesional un Juego de Oca en oca que complementaba sus dotes augurales. Tenía en su poder uno de los dos ejemplares de ese juego de mesa que había traído a España en el siglo XVI un antepasado suyo como regalo de Francisco I de Medici al Rey Felipe II en agradecimiento por haberle concedido el título de Gran Duque de Florencia. El viaje de vuelta a Florencia, haciendo a la inversa el mismo recorrido de entonces, abrió nuevos caminos de futuro a cuantos, incluido el propio vidente, participaron en esa ?excursión? que trasladaba el citado juego a la ciudad italiana en la que había sido inventado para dejarlo en manos de un descendiente de los Medici, sus verdaderos dueños.